Capítulo 28 - Quítate los calcetines

Miguel entró en la gendarmería. La gendarmería de Illy era un pequeño local en el que había una peña, pero sus miembros se hicieron mayores y vendieron el local. Antes estaba en el actual salón de plenos del ayuntamiento. Al fondo del despacho había un escritorio en el que había un flexo, un portalápices y una gran silla. Al lado del escritorio había una mesita con un ordenador. Al otro lado había tres ficheros que estaban cerrados. El detective estaba de pie mirando a la ventana. Miguel cerró la puerta de golpe y el detective se giró.
-Oh, hola Miguel, adelante, siéntate –le dijo el detective.
Miguel se sentó en una silla. El detective se sentó en su silla y empezó a preguntarle:
-Qué pasó la noche de ayer en el ayuntamiento?
-Estábamos celebrando la fête de l´Hiver, cuando de repente se oyó un disparo –dijo Miguel-. Todos nos quedamos en silencio, y sonaron dos o tres más.
-Bien, entonces, dices que sonaron tres disparos después de ese? Bien, bien -dijo el detective mientras hojeaba unos papeles-. Entrasteis al ayuntamiento, y qué más visteis?
-Vimos a alguien asomarse desde el despacho del alcalde –respondió Miguel-. Y luego entramos, y vi a alguien salir con algo en los brazos por la ventana.
-Ajá, bien, bien –dijo el detective apuntándolo todo-. Pues ya puedes irte.
Miguel se levantó y salió de la gendarmería. Entró Gaëlle. Al rato salió con cara triste.
-Estás bien? Te pasa algo? –preguntó Miguel.
-No, no, estoy bien –dijo Gaëlle sonriendo.

Llegó la tarde, y Gaëlle fue corriendo hacia la estación de tren. Pidió un billete, pagó y fue hacia el andén. Cuando llegó al parque vio a Miguel, que estaba dando de comer a los peces del estanque.
El parque de La Saz era muy grande. Tenía un gran estanque con peces en el centro. A su alrededor había tres plazas: en una había un quiosco de música, en otra había una fuente y en otra había una terraza-bar. Gaëlle se acercó y desde detrás de Miguel, le besó en la mejilla.
-Hola Miguel –dijo Gaëlle
-Ven conmigo –le dijo Miguel tirando del brazo de Gaëlle.
Fueron hasta la playa. La playa estaba vacía, normal, estaban en diciembre, el agua estaba helada. Empezaron a andar. Al rato, Gaëlle le preguntó:
-Miguel, para que me has traído aquí?
-Te quiero enseñar algo –respondió Miguel.
Miguel se quitó las zapatillas, y los calcetines.
-Quítate los zapatos –dijo Miguel a Gaëlle-. Y los calcetines también.
-Tú sabes el frío que hace? – le dijo Gaëlle sarcásticamente
-Quítatelos –le dijo Miguel.
Gaëlle se quitó las converse rosas que llevaba, y le dijo a Miguel:
-Y ahora qué? –preguntó Gaëlle
-Ven –dijo Miguel.
Gaëlle se acercó. Miguel le dijo:
-Agárrate a mi cintura.
Gaëlle cogió de la cintura a Miguel. Éste levantó el brazo izquierdo, luego el derecho.
-Agárrate fuerte –le dijo Miguel a Gaëlle.
Y pegó un puntapié en el suelo. Entonces…

2 comentarios:

Anónimo dijo...

umm ese detective me da mala espina

Anónimo dijo...

me gusto tu historia, los capitulos estan muy bien, espero leer pronto otro nuevo capitulo

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