Capítulo 29 - Aire

No pasó nada. Miguel volvió a dar un puntapié en el suelo, pero todo seguía ahí, en su sitio.
-Miguel, qué quieres enseñarme? –preguntó Gaëlle.
-Quería enseñarte una cosa, pero no sé por qué no me sale… -respondió Miguel
-Mira, Miguel, tengo muchas cosas que hacer –le dijo Gaëlle – si querías estar conmigo me lo podías haber dicho. Adiós.
Y se fue. Miguel se quedó sólo en la playa.

AL DÍA SIGUIENTE
Miguel estaba tumbado en su cama. Eran las 8 de la mañana. Se aburría. Ya le habían dado las vacaciones de Navidad, pero a sus amigos del pueblo no. No había dormido casi nada en toda la noche. Seguía pensando y divagando qué pudo pasar el día anterior, y quién mató al alcalde.
Mientras estaba en su mundo de dudas, oyó el ruido de un motor. Miguel corrió a asomarse a la ventana. Vio como un hombre se metía en un coche. Miguel bajó corriendo las escaleras y salió fuera. Se montó en la bici y salió detrás del coche.

Al rato el coche paró en la frontera. Miguel no llevaba ni DNI ni pasaporte. El hombre abrió la ventanilla y en ese momento Miguel le vio a través del retrovisor: era el detective Garaud. Se quedó pensando y vio que en la garita de los gendarmes estaban las llaves puestas por fuera. El gendarme se metió dentro. En ese momento Miguel lanzó una ráfaga de aire que cerró la puerta. Miguel sabía que no se podía abrir la puerta sin llave. Después del coche, Miguel pasó con la bicicleta.

Llegaron a Querol. El coche se paró en el instituto. No había nadie en la calle. Todas las tiendas estaban cerradas, y no se movía nada salvo las hojas de los árboles del paseo que estaban esparcidas por el suelo. Es más, parecía una ciudad fantasma. Garaud salió del coche. Llevaba consigo una carpeta Mirando a todas partes, entró al patio. Miguel le siguió.
Garaud atravesó todo el patio nevado y se fue por la puerta de atrás. O eso creyó Miguel, porque el detective siguió caminando. Miguel le seguía sigilosamente.

Entraron dentro. Garaud se dirigió a la sala de música. Miguel se puso en la ventana. Garaud se agachó. No se veía nada más. Entonces sonó un ruido. Una pared se movió, dejando ver unas escaleras…

2 comentarios:

Anónimo dijo...

OO k fort, ese tio es malo, seguro!!!

Carmen dijo...

WAAAAAAAAAAAAAA!!!
Por fin nueva entrada, hacia siglos ke no escribias y se te echaba de menos T_T
El capítulo esta genial, te deja como o_O
Espero que escribas pronto, xiii?? xiii?? xiiii?? (poniendo ojitos)
Weno, me despido, ya sabes, me encanta el blog n.n
Besos cdt!!

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